Nos supo salvar.

19 de enero de 2014

congelado

Somos todos borregos mordiendo la mano que nos alimenta, la empatia, aquel sentimiento menospreciado por los ególatras, paranoicos de su propio paso... Manipuladores que no aprenden, porque saben que perdieron cuando se olvidaron de comprender. Temen, saben lo que tienen al lado: están perdidos. Desnutridos de ideas para enamorar, viven quebrados. Viven en otoños, pero sus hojas ya cayeron. El vaso se revalsó por la última gota de llanto, proveniente de aquellos que nunca supieron querer.
Tal vez hoy sea como siempre, acostado, boca abajo, de costado y enredado en sábanas: tu recuerdo. Por un momento no resistí, decidí ingresar a todos los caprichos y me fui. Más tarde, la misma situación acechaba, cierto percance me carcomía por dentro. Al ingresar, todas las mesas ocupadas. Menos en la que había muerto, para volver un año después y revivir, una y otra vez.