Puedo ver el pozo, donde los cadáveres están desparramados por todo el suelo, pero no estoy ahí. Las alas de la voluntad nunca serán cortadas por manos infieles, la lujuria y los excesos es aquello que relucís, jugás con tu boca y explicás una vez más tu truco. Aquella persona que está ahí, te mira con ganas de saltar. El placer de estar vivo y la codicia de ser alguien más, son todos tus miedos por perdurar en la eternidad, cuando quiera que sea, va a ser y esa va a ser la verdad. Porque es peor que nada, porque es más que un -tal vez- y ya no siento esa comodidad que sentía hace veinte minutos, porque pasaron y son muy celosos de sus sucesores. Aquello que solo puede alcanzar, es pasar el tiempo y comer para subsistir, ingenua es la dicha y el karma es un ladrón de tiempo e ilusiones, que se piensa que por controlar tu vida va a cambiar algo en tu forma de ser. Si sos lleno de facciones, pero vacío, los idiotas te van a idolatrar más, un pedestal de falsedad incontenible y desfachatez inundada hacia el exterior. Recibiendo órdenes, trapeás pisos, como si un trastorno obsesivo compulsivo fuera algo de gracia, tomado a la ligera y sin consentimientos.
Aquel que más odia es el que menos vive, sólo imagina su plan y tantea, a ver si puede cagar a los demás. No hay que ser egoísta, pero tampoco un pelotudo desalmado.
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