Nos supo salvar.

18 de febrero de 2013

Todo le parecía ser libre.

Puedo ver el pozo, donde los cadáveres están desparramados por todo el suelo, pero no estoy ahí. Las alas de la voluntad nunca serán cortadas por manos infieles, la lujuria y los excesos es aquello que relucís, jugás con tu boca y explicás una vez más tu truco. Aquella persona que está ahí, te mira con ganas de saltar. El placer de estar vivo y la codicia de ser alguien más, son todos tus miedos por perdurar en la eternidad, cuando quiera que sea, va a ser y esa va a ser la verdad. Porque es peor que nada, porque es más que un -tal vez- y ya no siento esa comodidad que sentía hace veinte minutos, porque pasaron y son muy celosos de sus sucesores. Aquello que solo puede alcanzar, es pasar el tiempo y comer para subsistir, ingenua es la dicha y el karma es un ladrón de tiempo e ilusiones, que se piensa que por controlar tu vida va a cambiar algo en tu forma de ser. Si sos lleno de facciones, pero vacío, los idiotas te van a idolatrar más, un pedestal de falsedad incontenible y desfachatez inundada hacia el exterior. Recibiendo órdenes, trapeás pisos, como si un trastorno obsesivo compulsivo fuera algo de gracia, tomado a la ligera y sin consentimientos.
Aquel que más odia es el que menos vive, sólo imagina su plan y tantea, a ver si puede cagar a los demás. No hay que ser egoísta, pero tampoco un pelotudo desalmado.

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