Zombie.

Mirálos, a ellos no les interesa todo esto. Miran la lluvia, que resbala por sobre el vidrio. Prefieren leer, bajo el sol que los inunda de insectos picadores, chupadores de sangre. Caen en la rutina, pero creen en ser constantes. No los mires, porque en realidad no existen. Son sólo ideales que se reivindican cada día más. No te asustes, no estoy alucinando, no estoy en shock. Miedos tenemos todos, sueños vivimos algunos. En mis más oscuros, se relata terror. Un doctor en leyes tiene un cuestionario para mí. Me pregunta, invade mi cabeza. Sabe mis respuestas, son tan comunes, son tan vulgares. Él quiere que caiga en la igualdad humana, igualdad, desigualdad, resignación. Sentado al píe del árbol de navidad lo noto más triste que nunca, una carta la cual no entendí bien que pedía. Un hacha cortó mi brazo, ¿Debo decir que Dios no quiere que escriba nunca más? O es sólo el principio de una adaptación, para seguir haciendo lo que me gusta, buscar la manera para poder ganar. Porque, cuando más hundido esté, es cuando se que voy a ser más feliz. Porque voy a salir con más fuerza, con otra perspectiva y con más sabiduría. Ser muy bueno para ser real. No desconfiar, eso es dejarse llevar. Ilusión, es proyección, que es futuro.