Nos supo salvar.

18 de mayo de 2013

Promesas.

El día estaba más oscuro de lo normal, entonces no salí a caminar por la calle como siempre, hacia ningún lugar. Aún así y todo, te ví. Estabas igual que siempre, incandescente, indecente, sin luz. Allá hay gente que no tiene vida, señalé. Y vos estás remarcada, atrapada en tu mundo, en ese ladrillo radioactivo que se conecta a 220. Que lindas son, sobre todo cuando refunfuñan ahogadas en ira y pasión incontrolable, exacerbadas. Cada día te veo, sucia, desarreglada y pintarrajeada, en mi mente no sos así: estás desnuda y con algo en tus labios. Jugando algún sucio juego inimaginable que hace temer por mi vida y salir despavorido en busca de una persona cuerda. Pero ese no soy yo, claro que nunca lo harías conmigo de esa manera, de ninguna manera, jamás. Yo no tuve nada que ver en la incorrecta decisión que tomaste en tu vida, inquebrantable, ya casi desesperanzado. Sabiendo cual es el final que hay en tu vida, es tan cierto, está escrito. Demasiado estereotipado, ni siquiera vos podés cambiarlo, no te interesa. Simplemente quisiera cortar tu pecho, masturbarme con tu sangre entre mis dedos y adorar los hematomas que tu piel desquebraja. Y si te gusta tan rudo, te pongo un bozal, te saco a pasear y no te despido con un saludo, solamente tiro la cadena del baño.
Que patético me parece, que hagás algo que todos hacen, que quieras pertenecer a algo solo para encelarme, embroncarme y yo seguir tu juego. No pienso hablarte más, invitarte... menos. Para cuando estés lista, yo estaré en el cielo.

1 comentario: