Nos supo salvar.

22 de mayo de 2011

Un pibe ansioso y más ácido que un simpático caramelo.

Juego con mi cigarro apagado, no caer en la tentación nuevamente de fumarme el dolor. Me atrevo a existir claramente persuadido por esos ojos negros que atraen mi atención como un nene y su juguete en su envoltorio, con ganas de disfrutar hasta el momento en que saca el papel de este regalo que el destino le otorgó. Agradeciendo mil circunstancias que, hasta me atrevo a decir, te conozco desde siempre y antes del mismo pasado. 
Intento intimidar con mi mirada, hablando bien claro y cercano al objetivo con los ojos abiertos de par en par, casi queriendo mostrar esa ventana del alma. Siempre teniendo en claro lo que quiero, siempre divagando, a veces hasta perdido. Caminando tambaleante de un lado al otro, mirando mi vida pasar con el tren que nos lleva a donde sea, un destino incierto. Por cierto, cuanta suciedad hay en el pasado, queriendo un futuro de limpieza pero no perfecto. Abrazando una ilusión, besando la tentación, probando el placer, disfrutando la incoherencia de que por primera vez, dejás de pensar por un momento y todo se vuelve más claro. Todo va a estar bien, siempre intentaremos no arruinar un momento, hasta cuando lo arruinamos. Nunca me van a derrocar, siempre estaré en este trono, pensando como un girasol que gira en torno a este gran sol. Dejé de lado la ceguera y decidí mirarte una vez más.
 Morir & renacer, solo para volverte a ver, es el hecho que le da existencialismo a un alma que no para de menguar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario