Nos supo salvar.

14 de enero de 2013

Secando

El cóctel de frutas alcoholizadas,
mezcladas con el amor de un corazón con taquicardia.
La melodía de un tambor,
con rituales afrodisíacos entrelazados,
se derrite un cráneo en el asfalto calcinante.
Pezones se ruborizan,
clavados los dientes en la camisa desgarrada.
De tanto calor,
secreciones salen a flote de la laguna.
Tal vez fue más el aullido sangrante,
que la misma herida.

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